Reflexión:
En el transcurso de la
lectura del libro, en varias ocasiones me sentí identificada. Por lo general,
somos resistentes al cambio, nos congelamos, vemos el futuro incierto.
Cuando
el autor dice que la clave es reírse de si mismo, sentí que desde esa
experiencia logramos sobreponernos a las dificultades, si no miramos el futuro
con optimismo y con altura de mira ¿quién viviría con agrado?
A
medida que me introducía en la lectura me sentí identificada con Kof, ya que en
un principio, cuando le cambian el queso, se angustia, desmotiva, prefiere
quedarse en la quesera Q, esperando algún milagro que devolviera su queso y que
todo fuera como antes. Se sintió
inseguro, desconfiado y con mucha incertidumbre.
Cuando
esta personita decide aventurarse a buscar nuevas instalaciones, sin duda lo
invadía el miedo a lo desconocido, pero su capacidad de sobreponerse a la
situación actual (resiliencia) y dilucidar un futuro mejor, lo ayuda en esta
búsqueda.
Cada
uno de nosotros somos los promotores de nuestros propios cambios, Kof lo
entendió así y fue reflexionando a medida que lograba enfrentar las
dificultades. Además no es egoísta en
sus descubrimientos, lo comparte, escribe murales, para que kif los lea y se
anime a buscar su queso. Es muy
importante que desde la experiencia personal logremos motivar a las personas
resistentes al cambio, que a menudo son muy cercanos.
Cuando
logramos descubrir una oportunidad en un cambio ó dificultad, en lugar de
pensar que todo acabó, logramos salir adelante y explorar áreas que no sabíamos
que existían, e incluso somos capaces de superar el nivel de vida anterior.
Existen
personas con esta capacidad, que no piensan tanto en las cosas que perdieron,
son positivas. Es importante entonces, adelantarse a las situaciones, prever
problemas, obstáculos y buscar soluciones con antelación. Tener una opción que
nos permita seguir adelante es muy importante, ya que si falla una, ocupamos
otra.
Yo
personalmente hace algunos años prefería la vida así, sin mayores cambios y
cuando me ofrecían algo distinto o arriesgarme por algo mejor, me paralizaba,
no me atrevía. Estudié en la Universidad de Talca en el año 1994 no seguí por
miedo a un ramo, quedé en blanco y desde ese momento de frustración me costó
sobreponerme a las dificultades. Postergué los estudios porque pensaba en la
edad (muy vieja), me preguntaba si aún tenía la capacidad de esos años y así
una serie de obstáculos que yo misma me colocaba. Cuando me reí de mi misma hace unos años y vi
las muchas opciones que rechacé, me di cuenta que pasaba el tiempo y que todo
mi potencial y ganas de trabajar con las
personas no podía truncarse. Me decidí y
comencé a buscar mi queso profesional, hoy estoy feliz, “me cambió la vida”.
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