martes, 20 de noviembre de 2012

¿Quién se ha llevado mi queso?



Reflexión:

En el transcurso de la lectura del libro, en varias ocasiones me sentí identificada. Por lo general, somos resistentes al cambio, nos congelamos, vemos el futuro incierto.

            Cuando el autor dice que la clave es reírse de si mismo, sentí que desde esa experiencia logramos sobreponernos a las dificultades, si no miramos el futuro con optimismo y con altura de mira ¿quién viviría con agrado?

            A medida que me introducía en la lectura me sentí identificada con Kof, ya que en un principio, cuando le cambian el queso, se angustia, desmotiva, prefiere quedarse en la quesera Q, esperando algún milagro que devolviera su queso y que todo fuera como antes.  Se sintió inseguro, desconfiado y con mucha incertidumbre.

            Cuando esta personita decide aventurarse a buscar nuevas instalaciones, sin duda lo invadía el miedo a lo desconocido, pero su capacidad de sobreponerse a la situación actual (resiliencia) y dilucidar un futuro mejor, lo ayuda en esta búsqueda.

            Cada uno de nosotros somos los promotores de nuestros propios cambios, Kof lo entendió así y fue reflexionando a medida que lograba enfrentar las dificultades.  Además no es egoísta en sus descubrimientos, lo comparte, escribe murales, para que kif los lea y se anime a buscar su queso.  Es muy importante que desde la experiencia personal logremos motivar a las personas resistentes al cambio, que a menudo son muy cercanos.

            Cuando logramos descubrir una oportunidad en un cambio ó dificultad, en lugar de pensar que todo acabó, logramos salir adelante y explorar áreas que no sabíamos que existían, e incluso somos capaces de superar el nivel de vida anterior.

            Existen personas con esta capacidad, que no piensan tanto en las cosas que perdieron, son positivas. Es importante entonces, adelantarse a las situaciones, prever problemas, obstáculos y buscar soluciones con antelación. Tener una opción que nos permita seguir adelante es muy importante, ya que si falla una, ocupamos otra.

            Yo personalmente hace algunos años prefería la vida así, sin mayores cambios y cuando me ofrecían algo distinto o arriesgarme por algo mejor, me paralizaba, no me atrevía. Estudié en la Universidad de Talca en el año 1994 no seguí por miedo a un ramo, quedé en blanco y desde ese momento de frustración me costó sobreponerme a las dificultades. Postergué los estudios porque pensaba en la edad (muy vieja), me preguntaba si aún tenía la capacidad de esos años y así una serie de obstáculos que yo misma me colocaba.  Cuando me reí de mi misma hace unos años y vi las muchas opciones que rechacé, me di cuenta que pasaba el tiempo y que todo mi potencial y  ganas de trabajar con las personas no podía truncarse.  Me decidí y comencé a buscar mi queso profesional, hoy estoy feliz, “me cambió la vida”.

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